Pasamos algunos años viviendo como ya comente anteriormente, juntando nuevos miembros al grupo, vampiros olvidados o perdidos; siempre dispuestos a seguir nuestras normas, aunque, a Koramis no siempre le parecía la idea de hacer mas grande el grupo, en su mejor momento logramos juntar un buen grupo de vampiros, para darles una idea de cómo pasábamos las noches, Oxtrid y Aldaera que se volvieron nuestros “pupilos “ de mas confianza al caer el anochecer se encargaban de organizar grupos de caza para alimentarnos, Decu hablaba y trataba de controlar a los mas renegados con su talento nato que no terminaba yo por comprender, Gael iba y venia siempre dándonos noticias de hacia donde nos podíamos dirigir, que tierras eran mas seguras, en ocasiones regresaba por nosotros y viajábamos juntos, otras tantas el se alejaba por bastante tiempo, siguiendo con su investigación sobre la vida humana.Se puede decir que éramos un buen grupo, aunque a Koramis y a mi siempre nos gusto mas cazar fuera de el, como acostumbrábamos desde que nos conocimos; había noches en las cuales compartían los mas jóvenes historias sobre como o quien los había convertido o sobre sus vidas pasadas, y asi pasaban ellos mucho tiempo desahogándose, con anécdotas lo que era raro para algunos de nosotros, y me daba pensar que no hemos perdido del todo la humanidad, solo que la forma en que fuimos abrazados eran distintas la mayoría crueles, y un par de ellas por decisión propia, algunos de ellos lo veían como si fuera lo mejor que les hubiese pasado ya que eran solo unos pobres diablos sin familia, amigos, o un motivo por el que vivir y ahora solo tenían un motivo “ alimentarse y parar la sed “ que los atormentaba; y eso era todo para ellos o eso les bastaba, y otros tantos hablaban sobre entablar guerras, destruir pueblos, o tenían ambiciones de poder y locura, cosas que no aceptábamos Koramis y yo, y Oxtrid y Decu se encargaban del orden dentro del grupo cuando se presentaban dichas ideas o sugerencias que pudieran desintegrar lo que habíamos logrado.
Muchas veces al viajar escogíamos ir por bosques o lugares que pudieran ocultar nuestra presencia, revisados como mencione anteriormente por Gael, así, si en un determinado momento no llegásemos a nuestro destino podríamos enterrarnos en la tierra con la protección de la sombra de los arboles para poder descansar o hacer algún refugio provisional, sin embargo, esto era un riesgo ya que en las noches de luna llena cuando los licántropos salían, su olfato altamente desarrollado daba fácilmente con nuestros escondites, fueran de tierra o en casas; fuimos atacados muchísimas veces cuando nos acercábamos a los pueblos, ellos peleaban por territorio y alimento, nosotros por supervivencia; fueron muchas batallas en las cuales se perdieron compañeros tanto inexpertos como otros que ya eran seres nocturnos por décadas , los licanos atacaban siempre en grupos de seis a siete por manada, escogían a los mas débiles y vulnerables de nuestro grupo, y un par de ellos se alejaban con la presa, mientras los restantes se quedaban a pelear para no dejarnos alcanzarlos y para ganar tiempo y asi eliminarnos poco a poco, sospecho que tenían un don para saber quienes eran los mas fuertes, yá que Koramis, Oxtrid, Aldaera, Decu y yo era poco común cuando éramos atacados desde un principio como el objetivo de estos, y cuando asi lo decidieron era muy difícil que perdiéramos miembros; además por el tamaño de las bestias y su agilidad era difícil derrotarlos y mas cuando teníamos que perseguirlos después de que capturaran a alguno de los nuestros...Después de algunas batallas me di cuenta del dolor y la incomodidad que esto le causaba a Koramis que se alejaba un poco y callaba durante algún tiempo cuando esto pasaba, como si se sumergiera en sus pensamientos, ya que nunca encontrábamos los cuerpos de los desaparecidos, y así como a Koramis algo parecido me pasaba a mi, la nostalgia de pensar que a pesar de ser seres de la noche seguían siendo creaturas con algunos sentimientos y propósitos o con potenciales no desarrollados que se perdían para siempre y era frustrante saber que no pudimos rescatarlos; era la desventaja de viajar en grupo… sin embargo de los errores se aprende, y al pasar de algunos años mimetizamos la forma de vida nocturna de las caravanas de gitanos y en lugar de correr o caminar, montábamos a caballo, y en carretas, así podríamos pasar por los pueblos sin levantar sospechas tanto de nuestra imagen como de nuestro olor para las bestias; y aunque fuese mas tardado, era lo mas seguro para nuestro grupo y que además nos permitía convivir en espectáculos nocturnos con los vivos.
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